domingo, 29 de abril de 2007

El Espacio, Los Cuerpos


A veces se nos hace difícil desprendernos de todo cuanto somos para dar paso a la entrega.

A veces dudamos sobre si retener u entregar: sobre nuestro bienestar en la seguridad de lo íntimo e intocable o establecer una inseguridad en las relaciones que mantenemos.

A veces... tantas veces nos reprochamos por lo que pudimos hacer o aquello que hicimos que trajo malos frutos, pero qué difícil darnos cuenta del proceso al que pertenecemos nuestro interior y nuestros actos (todos ellos) y del gran círculo de vida al que formamos parte.

Y hay veces también, como ahora... en donde siento que no puedo ver las cosas más claras, en donde no puedo despegarme de la mirada transparente que tengo frente a mí... de esa entrega en la que no tememos.

Pude darte mi mano y la tocaste suavemente para no hacerme daño... nos cubrimos del viento que nos provocaba escalofríos y nos protegimos mutuamente y sin palabras... Cuántas palabras existieron entre nosotros!! Pero bastó el frío y la lluvia para darnos cuenta de que necesitábamos ese abrazo en donde dos cuerpos se juntaran sin buscar recompensa por el calor, un pecho en el que descansar sin la necesidad de despertar por el tiempo, dejarnos llenar por esos espacios de interior que eran capaces de llevarnos más allá de todo.

Tuvimos tiempos tormentosos y ambos lo sabemos, pero qué agradable es darse cuenta de que uno se supera, de que las cosas se pueden solucionar cuando somos capaces de ver qué hay en lo que no nos es fácilmente visible, en que a pesar de algún grito y alguna lagrima podíamos seguir caminando uno al lado del otro para después mirarnos fijamente otra vez.

No se trata de aceptarse tal cual así como así... no se trata de dejarse llevar por las pasiones o ser demasiado analíticos... Somos uno mi amado Chatrán... somos también un cuerpo lleno de sudor y de imperfecciones... somos uno en el frío que se nos acerca tapándonos con gruesas frazadas y cuerpos desnudos que ya son tan parte de nosotros, del otro... Eres el arte y la filosofía mezclados... eres la belleza, la vida, y mi vida entera.

Estoy tan, pero tan llena de ti... que siento que a cada respiro me hincho más y más para pronto reventarme.

=)


Pd: Me robé la imagen de la Galería N° 7 de la página multimagen... perdón.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Amor, de dónde sacaste esa foto mía? No sabía que te dedicabas a hurgar entre mis cosas personales.

La verdad es que has hurgado entre todas mis cosas. Entre aquellas que remecen y cambian.

Soy tan orgulloso que me niego a los cambios, pero tú, tú, me has hecho cambiar, o al menos me enfrentas al cambio. Y bueno, los cambios duelen siempre. Y ese dolor, en nuestro caso, es uno definitivo. Aquel que se hace necesario para poder superar nuestro actual estado de indignidad, y así poder realizar la entrega definitiva al otro, aquella en que decimos frente a Dios y los hombres: "te amo, y te protegeré hasta que la muerte nos separe".

No sabes lo curioso que se me hace hablar así. Cuando siempre he procurado terrenalizar las cosas y hacer patente nuestra responsabilidad y nuestra libertad. Pero qué muestra más fehaciente de libertad, que aquella en que estando a tú lado para siempre, me libero para siempre también de mi animalidad y me divinizo. Así también contigo, en el sentido que desees. Imagino que te niegas a reconocer tu animalidad. Mas debes entonces recnocer tu resistencia a los ritos, y decir "me quiero casar contigo, Pablo. Decir "te amo" a viva voz, frente a Dios y los hombres".

Y quizás te preguntes qué tienen que ver los hombres en todo esto. La verdad no sé. Pero sé que nuestras familias constituyen nuestra más próxima sociedad y les debemos tributo, haciendo público nuestro compromiso.

Yo también te amo mi bella dama de los montes cisalpinos.

Anónimo dijo...

Ohhhhhhhh